Motivos para la observación del FMI


Es un organismo no democrático

El voto en el FMI está en función de las cuotas de pago de los países, de forma que las decisiones se toman desde la perspectiva de los países ricos que son los que más cuota aportan (EEUU y la UE).

De hecho los programas del FMI la gran mayoría de las veces se aprueban sin que el parlamento nacional del país afectado esté al corriente.

Es un organismo que tiene una gran influencia sobre las políticas económicas y sociales de los países.

Debemos señalar que de las decisiones tomadas en el Fondo dependen los trabajos decentes de muchas personas en prácticamente todo el mundo incluida España. Aunque de forma especial para los países del Sur, el FMI representa la máxima autoridad económica en tanto que cobra y presta para poder mantener el pago de la deuda externa.

Es un organismo que provoca - fundamentalmente en el Sur pero también en el Norte- empobrecimiento, privatización de servicios públicos (educación, salud), precarización y desempleo

Desde 1979 el FMI impone a los países endeudados, los Programas de Estabilización y Ajuste Estructural (PAE) cuyo paradigma político es la política de las “tres D”: Deflación, Devaluación, Desregulación.

Para ello, siguen este esquema de recomendaciones:

  • Privatización de empresas públicas (consideradas como una sangría de las finanzas públicas).
  • Fin de los subsidios para productos esenciales para los consumidores.
  • Reducción de las barreras comerciales.
  • Desmantelamiento de los controles al capital extranjero.
  • Reducción del gasto público (que afecta a los regímenes públicos de jubilación o seguro de desempleo, provoca despidos y limitaciones a los salarios públicos).
  • Introducir reglas más flexibles de contratación y despido.
  • Limitar el alcance de los convenios colectivos.

Es un organismo que reproduce y agrava las desigualdades de género

Las mujeres son las que se han visto más negativamente afectadas por los programas de ajuste estructural impuestos por el FMI. Estos programas y las políticas de "desarrollo" han impuesto la austeridad fiscal que limita el gasto público.

La privatización de los servicios públicos ha conducido:

  • a la pérdida de empleo en sectores donde generalmente había más mujeres que hombres: salud, educación...;
  • a la pérdida de protección y de servicios sociales, de los cuales dependen las mujeres para combinar su trabajo con las responsabilidades familiares;
  • a una menor asistencia de las niñas a las escuelas; a un menor acceso a los servicios de salud reproductiva, con un aumento de la desnutrición y de la mortalidad infantil, especialmente de las niñas;
  • a una cada vez mayor tendencia al despido de mujeres por estar embarazadas, al abandono de los derechos por maternidad, a un aumento de prácticas discriminatorias basadas en el papel reproductivo de las mujeres...

El hecho de que las mujeres sean responsables del trabajo de cuidado de la familia las lleva a tener que intensificar el trabajo doméstico para compensar la disminución de los servicios sociales, producto de la caída de gasto público. Esto significa que los cambios en la asignación de recursos y los aumentos de productividad que se supone ocurren con programas de ajuste no toman en cuenta las transferencias de costos desde el mercado a los hogares: el factor oculto de equilibrio es la habilidad de las mujeres para absorber los shocks de estos programas a través de más trabajo o de hacer rendir los ingresos limitados.